LA MANDRAGORA La 2. TVE. Enero 2004

Un compositor y guitarrista que es todo sensibilidad e inspiración. Alborada es el cuarto disco del joven autor Julio García. El título del álbum se basa en un poema de Rosalía de Castro sobre la luz y la vida y esa atmósfera impregna cada uno de los rincones de este trabajo donde la inspiración de Julio García recorre territorios que van desde la infancia al mundo onírico.

Este último trabajo del compositor y guitarrista madrileño es un viaje sincero a su mundo interior. Las guitarras, unas veces acompañadas por violas, violines y violonchelos, otras por el sonido de las flautas o por la calidez de la voz, nos sumergen en su mundo evocador lleno de nostalgia y de pasión.

ARTISTAS EN RUTA AIE 10º Aniversario 2004

Este excepcional guitarrista madrileño ha cosechado una fama bien merecida como guitarrista exquisito, de gran calidad musical en sus composiciones. Su primer disco de 1997 se llamó Cielo y tierra y con él se dio a conocer. Después vinieron Paso a dos y Sin huellas. Y ahora presenta Alborada con letra de un poema de Rosalía de Castro es una invocación a la vida. A través de él nos conduce por su universo personal, un trabajo en el que se abrazan el Mediterráneo y el Atlántico.

WORLD MUSIC Noviembre-Diciembre 2003 ****

Por medio de discos como "Cielo y Tierra", "Paso a dos" y "Sin huellas", Julio García ha desplegado su vigor musical, su apasionada imaginación, y su minuciosa capacidad de trabajo. Ahora, las canciones de su último disco titulado "Alborada" se nos revelan como continuación de todo ese mundo que constituye la peculiar aportación vital de este guitarrista y compositor a la música. En "Alborada", el perfume, el encanto, la delicadeza de la existencia toman forma instrumental en manos de Julio y sus músicos (Isidro Solera, Nantha Kumar, Mastretta, Bandolero, Rocío Moriones, Julio Albertos, etc.) y aires de bello susurro en las voces de Carmen Ros, Laura Rubio y Teresa Barrientos. Tomando como vértice de su labor el poema de Rosalía de Castro titulado "Alborada", Julio nos ofrece a través de su música una entrega sensorial a las cosas, al pensamiento, e incluso a la palabra que nombra el instante en forma de canción ("Tranquilidad", "El regreso", "Enigma", "Aliento", "Musarañas", "Como un suspiro"). En "Alborada" palpita esa región de la belleza que está entrelazada con los patrones cotidianos de nuestra vida. Ya lo decía Goethe: "Detente, instante; eres tan bello". Y eso es lo que hace Julio García: detiene el bello instante para poderlo vivir, oír y sentir. MiKi Torrents

IN MADRID Febrero 2004

There’s nothing much to say about this album except that it is truly exceptional in its beauty. Largely and instrumental project, there are smatterings of female vocals but these are mostly lyryc-less. Madrid-born guitarist Julio García has created an album rich in the timbres and tones of spanish folk guitar and the end result is delightful. Alborada is his fourth solo work and is inspired by a Rosalía de Castro poem of the same name, wich is pefectly performed over an undercurrent of flute and guitar by the breathy voices of Carmen Ros and Teresa Barrientos. (This is the only track with lyrics). Thanks to the simple recording methods, Alborada remains refreshingly untainted by synthesised accompaniments; it’s this minimalist approach that drapes the 11 compositions in an honesty and innocence that leaves the listener feeling enriched and inspired. The dark obscurity of “Danza del humo” and the clarinet-led sadness of “Papel mojado” are other highlights. All in all, Alborada is a must for lovers of gentle Spanish instrumentation. Take this one home for mum.

TODAS LAS NOVEDADES Octubre 2003

El guitarrista Julio García vuelve a la actualidad con “Alborada”, que es ya su cuarto disco. En esta ocasión el madrileño se ha inspirado en un poema de Rosalía de Castro y ha encontrado el amparo del sello de la SGAE para publicar el álbum. Tanto en sus trabajos anteriores (“Cielo y tierra” en el 96, “Paso a dos” en el 98 y un directo recogido en el Colegio de Médicos en el 2000) como en éste, Julio muestra su gusto por lo sutil, por la expresividad de la guitarra como parte de un todo y por su afinidad con los terrenos melódicos. Sus composiciones evitan la exhibición inútil y atienden a lo más rico del territorio armónico que abarca la guitarra. Mejorando en cada uno de sus trabajos, el instrumentista ha conseguido consolidarse como un compositor válido en el que lo contemporáneo entronca con lo tradicional sin necesidad de arrimarse a ningún tipo de fusión forzada.

ARIADNA RC Noviembre 2003

Nueva entrega del guitarrista Julio García, cuarto de una carrera que progresa sin pausa conociendo bien los silencios y las lecturas lentas. Tres años desde su anterior trabajo "Sin huellas" y una espera tibia para todos los que en algún momento nos hemos acercado a su música.Siempre pensé que Julio García para seguir siendo real debería mantener la pureza de su guitarra junto a la de Isidro Solera o las leves armonías vocales que presta Carmen Ros, y así mantener la distancia precisa para que el horizonte nos aparezca nítido e intenso. Así ha sido en sus discos anteriores elaborados en su estudio casero a las afueras de Madrid con limpias melodías tratadas con un cuidado infinito, y una guitarra cálida y muy próxima, una guitarra llena de sabores y matices de todas las tierras que conforman el sur de Europa. Sin embargo, este nuevo trabajo de Julio me demuestra lo contrario. "Alborada" es su primer disco grabado fuera del refugio, un trabajo rico y sabio, un trabajo en el que las guitarras y las flautas se ven acariciadas por violines, violas y violonchelos, percusiones y clarinetes. Un trabajo en el que la voz humana está muy presente complementando el espléndido trabajo de Carmen Ros y aumentando la densidad sonora de las composiciones de Julio. En "Alborada" son esas voces las que permiten alcanzar una brillantez y un preciosismo extremo, y buen ejemplo de ello es el tema que da título a este CD y que pone música al poema de Rosalía de Castro del mismo nombre."Alborada" trae brisas atlánticas a un trabajo que no ha abandonado los aires mediterráneos ni los aromas que con frecuencia arrastran los vientos del interior. Tres años de esperas de reposo y ansiedades, de maduración y de felicidad al componer e interpretar con la delicadeza e intensidad necesaria para conseguir esos destellos de emoción que perseguimos todos aquellos que amamos la música. Pedro Díaz del Castillo